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El síndrome de fricción de la banda iliotibial ocurre cuando el tendón largo del músculo tensor de la fascia lata roza de manera repetida con la parte exterior de la articulación de la rodilla, concretamente con el cóndilo femoral externo. Este tendón que se extiende desde la parte externa del muslo hasta la rodilla recibe el nombre de cintilla o banda iliotibial, ya que el músculo va desde la pala iliaca hasta la zona anterior y externa de la tibia. El roce o la fricción entre la prominencia externa del fémur en la rodilla (cóndilo) causa en algunos pacientes, especialmente corredores de fondo dolor e inflamación. Es por ello que a este síndrome se le llama comúnmente rodilla del corredor, y cualquiera de los que somos corredores habituales hemos experimentado en menor o mayor medida estos síntomas de dolor externo en la rodilla.
El síntoma principal es el dolor mecánico en la parte externa de la rodilla que se activará gradualmente y empeora progresivamente con la carrera, siendo mas intenso cuantos mas kilómetros hemos avanzado. Si la inflamación es suficientemente intensa no nos quedará otra que detener nuestro entrenamiento, con la consecuente frustración que implica, de hecho es un motivo habitual de abandono en la carreras de fondo. Clásicamente se acepta que el descanso del atleta durante un período de tiempo hace que los síntomas desaparezcan, sin embargo, la tendencia a que los síntomas vuelvan es alta si no cambiamos nada. Como corredor os diría que la mayor partes de estos síndromes se van a pasar con modificación del entrenamiento, terapia antiinflamatoria temporal y fisioterapia, sin embargo la percepción como cirujano de rodilla con muchos pacientes deportistas es distinta. Esto seguramente es debido a que allí se concentran aquellos casos fallidos en los que no han sido efectivas las medidas habituales que funcionan para la gran mayoría de corredores. En estos pacientes se han producido cambios en los tejidos, principalmente acortamiento y fibrosis en la cintilla, lo que hace que tengamos que plantear en estos casos una solución equilibrada entre mantener la fuerza y función y hacer desaparecer el dolor, de esto hablaremos mas abajo.
Basándonos en la frecuencia de esta lesión en corredores, podríamos decir que la carrera continua es el factor de riesgo mas importante, pero lo cierto es que ni mucho menos es una lesión que sufran todos los corredores de Marathon o larga distancia. Existen factores biomecánicos demostrados que hacen al corredor mas susceptible de desarrollar este síndrome. Todos estas variantes anatómicas son factores que van a aumentar el roce de la fascia lata en la parte lateral del cóndilo femoral externo:
– Una cintilla iliotibial naturalmente estrecha o ancha puede hacer que seas más susceptible a esta lesión.
– La debilidad en los músculos abductores de la cadera, concretamente el glúteo medio; nos llevará a sobre-tensar la fascia lata.
– La pronación excesiva o una biomecánica pobre del pie (tendencia al pie plano) pueden aumentar el riesgo de esta lesión. Si el pie rueda hacia adentro o se aplana, la parte inferior de la pierna gira y también lo hace la rodilla, lo que aumenta la posibilidad de fricción en la banda.
– Otros factores incluyen la diferencia de longitud de las piernas (dismetría), realizar trail o cross, o correr frecuentemente en descenso.
– Al igual que otros problemas biomecánicos en la pierna, el exceso de carrera con poco entrenamiento muscular va a agravar este problema.
Entender estos factores biomecánicos y como influyen en el desarrollo de este síndrome es clave tanto para evitar su aparición como para tratarlo de manera inicial. Es por esto que siempre en consulta os preguntaremos por la musculación como parte del entrenamiento de la carrera, especialmente del core y cadera.
Los síntomas síndrome de la cintilla iliotibial consisten en dolor en la parte externa de la rodilla, más específicamente en el epicóndilo lateral del fémur dónde roza el tendón de la fascia lata (o cintilla iliotibial). Aparece en un momento dado de la carrera y empeora gradualmente hasta que el corredor tiene que detenerse. Después de un período de descanso, el dolor desapareceré habitualmente para regresar cuando la carrera comience nuevamente. El dolor se agrava habitualmente al correr cuesta abajo dónde el trabajo de la fascia lata es mayor. En algunos casos muy agresivos se puede producir incluso un resalta o gatillo al saltar la cintilla por encima del epicóndilo, emitiendo un chasquido que se puede confundir con una subluxación de la tibia.
En la historia que nos cuenta el paciente en la consulta, ya podemos sospechar de este síndrome. El dolor externo de la rodilla, a diferencia del interno, suele estar debido a pocas causas, entre ellas, el síndrome de la cintilla iliotibial. Otras causas posibles son las parameniscitis externa, las lesiones del menisco externo, las bridas femoro-patelares o las lesiones del tendón poplíteo. En la exploración confirmaremos el diagnóstico al presionar el tendón de la fascia lata en la rodilla contra el cóndilo lateral. La resonancia magnética nos ayuda de hecho con mas frecuencia a descartar otros diagnósticos mas que a confirmar el síndrome de la cintilla que suele dar imágenes normales.
En ocasiones se palpa la tensión en la banda iliotibial que se extiende por la parte exterior del muslo hacia la cadera. Existe además existe una prueba específica para su exploración, conocida como prueba de Ober en la que estresamos la fascia lata para ver si es capaz de relajarse y dejar aducir la pierna o por el contrario permanece en tensión. Normalmente no solemos pedir pruebas de imagen a no ser que dudemos con otra patología en la zona.
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