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A medio y a largo plazo está demostrada la asociación entre el dolor mantenido y la degeneración del cartílago (condromalacia) que mantenida en el tiempo pueden llevar incluso a la artrosis en la articulación entre la rótula y el fémur.
El dolor femoro-patelar es frecuente entre las personas jóvenes y deportistas, pero también ocurre en adultos mayores como parte de la artrosis de la rodilla. Es imprescindible entender el mecanismo de esta afección para poder tratarla adecuadamente, ya que cuanto antes se ponga un tratamiento, mas probabilidades hay de evitar desarrollar una artrosis en esta articulación de la rodilla.
El dolor en la rótula es consecuencia de un aumento de la presión en su cara posterior o cara articular. La rótula soporta cargas de hasta 20 veces el peso corporal en su cara posterior, o lo que es lo mismo el peso de un coche pequeño. La rótula está diseñada para aguantar grandes presiones, pero si se superan ciertos niveles, aparecerá el dolor y el daño en el cartílago. A diferencia del resto de huesos, la rótula no está anclada a otros huesos a través de conexiones articulares, sino que se desplaza flotando por encima del fémur. Este movimiento está producido por la contracción del cuádriceps, único músculo que inserta en la rótula, y su contracción causa la extensión de la rodilla a través del tendón rotuliano. Será precisamente en esa contracción, imprescindible para todas las actividades de la vida en que estamos de pie, la que comprima la rótula contra el fémur. Estas altas fuerzas de compresión se reparten por el cartílago de la rótula (5-6 mm de grosor), el cual es el más grueso de todo el cuerpo humano.
El ciclo de aparición de la condromalacia podríamos simplificarlo de esta manera:
Anomalía Anatómica o Funcional → Aumento de Presión → Dolor Anterior de Rodilla → Degeneración del Cartílago → Artrosis Femoro-Patelar
La respuesta a esta pregunta no es simple. Se han estudiado múltiples actividades deportivas y factores anatómicos que influyen : la distribución de presiones en la rótula al realizar distintos tipos de sentadillas y como la forma de la rótula en su cara posterior es ser un factor de riesgo para la aparición de este dolor.
Además de la forma de la rótula hay muchos otros factores que intervienen en la aparición de este dolor, por modificar el mecanismo normal de movimiento de la rótula, que se traduce en un aumento del dolor o incluso en luxación de rótula. Estos factores los podemos clasificar como funcionales (modificables con entrenamiento) y anatómicos (modificables con cirugía):
Factores Funcionales
– Uso excesivo: En algunos casos, el síndrome de dolor femoro-patelar es ocasionado por actividades físicas repetidas que aumentan mucho la presión en la rótula como ocurre en los corredores de fondo o en los cambios de intensidad deportiva.
– Entrenamiento inadecuado: Entrenar sobre superficies duras o con calzado inadecuado aumenta la transmisión de fuerzas a la rótula. Igualmente a partir de los 90º de flexión de rodilla, las fuerzas en la rótula se disparan. Es mejor mas peso y menos profundidad que al revés.
– Falta de Musculación: La carrera de fondo sin musculación hace que se pierda el mecanismo de amortiguación de los músculos, y por tanto se libera más fuerza en torno a la rótula.
Factores Anatómicos
– Causas anatómicas locales:
Variantes como una rótula muy asimétrica o una anatomía anormal en el fémur anterior (tróclea femoral) predisponen a este dolor. Igualmente una rótula alta (por un tendón rotuliano que inserta muy proximal) o una rótula lateralizada son factores de riesgo tanto para el dolor como para la luxacion patelar
Igualmente la tensión aumentada en el retináculo lateral, que une la rótula al fémur, o la rotura del ligamento femoro-patelar son factores locales que van a conllevar un aumento de la presión en la cara externa de la rótula.
– Angulo del cuádriceps aumentado:
. Ciertos factores, como tener las caderas anchas, el eje valgo, o caminar con rotación externa de los pies entre otros, aumentan el ángulo entre el cuádriceps y el tendón rotuliano (ángulo Q), creando una tendencia a que la rótula se salga hacia fuera, chocando con el fémur y provocando dolor.
– Sobrecarga: como problema mecánico que es, el cargar peso o la obesidad van a multiplicar las fuerzas del “peso extra” en la rótula.
El síntoma predominante del síndrome de dolor femoro-patelar, valga la redundancia, es el dolor. Este dolor sensible en la parte delantera de la rodilla comienza de manera gradual y al principio se relaciona con la actividad física, pudiendo presentarse en una o ambas rodillas. El dolor clásicamente se ha descrito como dolor durante el ejercicio donde se flexiona repetidamente la rodilla como hacer sentadillas o en relación a ejercicios de salto o carrera.
Sin embargo, en muchos casos aparece después del ejercicio, o después de estar sentado un largo periodo de tiempo con las rodillas flexionadas, por ejemplo después de viajar en avión. Los chasquidos o sonidos crepitantes en la rodilla al subir escaleras o al ponerse de pie después de estar sentado son frecuentes sin indicar gravedad.
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