En nuestro centro médico regenerativo, Oaga Salut, contamos con la experiencia y profesionalización necesaria y avances biotecnológicos en el tratamiento de pacientes con lesiones de cadera
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La artrosis de cadera es una degeneración de la articulación que forman la cabeza del fémur y la parte de la pelvis en forma de copa con la que articula: El acetábulo o cotilo. La artrosis en la cadera, también conocida como coxartrosis, es hoy en día una de las enfermedades más frecuente en las personas de mediana edad y edad avanzada en los países desarrollados. Puesto que la cadera juega un papel importante en el equilibrio y soporte del cuerpo.
La movilidad de una cadera sana es múltiple, la articulación puede flexionarse, extenderse y rotarse sin dificultad ni dolor soportando el peso corporal, gracias a un tejido altamente especializado que la recubre: El cartílago. Este tejido es blando a la par que resistente y resbaladizo (baja fricción) y protege y amortigua los extremos de los huesos que forman la cadera (cabeza del fémur y acetábulo en la pelvis). El cartílago, no tiene capacidad de auto-reparación.
En una persona con coxartrosis, el cartílago de la cadera comienza a degenerarse, desgastándose y dejando expuesto el hueso que se encuentra por debajo. El movimiento de la articulación, por tanto, genera dolor en la zona donde el hueso no está protegido por cartílago. El dolor de la cadera se localiza a nivel de la ingle en la mayor parte de los pacientes, seguido en frecuencia por dolor en la nalga de la cadera afecta o en la cara interna del muslo. Hay ocasiones en las que el dolor se manifiesta en las rodillas confundiéndose con alguna patología de esta última articulación, sobre todo con una artrosis de rodilla. Esto es mas frecuente de lo que uno podría pensar, por ello en consulta os pedimos una tele-radiografía completa de las piernas cuando acudís con síntomas compatibles con artrosis de rodilla.
En las fases iniciales de la enfermedad, el dolor se relaciona con la actividad física como puede ser el caminar o subir escaleras, mejorando con el reposo. La aparición del dolor es progresiva, aumentando a medida que evoluciona la enfermedad. A medida que la artrosis avanza, el dolor va en aumento apareciendo incluso en reposo llegando a despertar al paciente durante la noche.
Si la enfermedad progresa lo suficiente y el cartílago se desgastan por completo, el hueso del fémur y el acetábulo entran en contacto y crecen de manera reactiva. Este crecimiento forma unos picos o espolones de huesos que conocemos como osteofitos. Estos osteofitos son los causante de la pérdida de movilidad, sobre todo, a la rotación interna. Es muy frecuente que además del dolor nos contéis que hace meses o años que ya no sois capaces de cruzar las piernas, algo muy llamativo en la artrosis de cadera en comparación con otras articulaciones. Si la pérdida de movilidad continua, puede aparecer lo que los traumatología llamamos un flexo de cadera, es decir, el paciente mantiene una cierta flexión por incapacidad para extender completamente la cadera. Esto se nota sobre todo al intentar dormir boca abajo, lo que se hace muy difícil en una coxartrosis avanzada.
Otros síntomas como la cojera o la limitación de algunos actos cotidianos como la dificultad para sentarse y levantarse de una silla, son también muy típicos.
No se puede hablar de un factor único como causante del desarrollo de artrosis de cadera. En la mayoría de los casos, la causa suele deberse a una combinación de factores. Existen una serie de “factores intrínsecos” que muestran una mayor propensión a desarrollar artrosis de cadera, sin que los podamos modificar. Entre éstos podemos destacar principalmente dos:
– Genética: Se ha observado una vinculación entre ciertos genes y la artrosis, de hecho, cada día damos más importancia a la genética si bien no la podemos modificar a día de hoy. Se han identificado genes responsables del colágeno, proteína principal del cartílago, en los que su defecto da una mayor probabilidad de desarrollar artrosis.
– Edad: La poca capacidad del cartílago de repararse disminuye con la edad. De hecho, la cifra de artrosis aumenta claramente en cada década de vida. Es una enfermedad relativamente frecuente a partir de los 50-55 años.
Por otra parte hay otras características de los pacientes, que si bien no van a ser causas puras, van a acelerar el desarrollo de la artrosis, entre ellos:
-El Sobrepeso: Al ser una articulación de carga (al igual que la rodilla o el tobillo), cuanto mayor es tu peso, mayor es el peso que tienen que soportar tus caderas y más rápido se desarrolla la artrosis.
– El Uso excesivo: Ciertas actividades laborales y deportivas están asociadas con la artrosis por el uso repetitivo y el aumento de estrés al que se somete la articulación.
La artrosis de cadera puede ser primaria, es decir, se desarrolla sobre una cadera sana; o secundaria, en la que el desarrollo de la enfermedad se debe a la existencia de una patología ya existente como puede ser enfermedades de la infancia (Enfermedad de Perthes displasia del desarrollo), síndrome de choque acetabular, necrosis de la cabeza femoral, artropatías inflamatorias (Artritis Reumatoide, Lupus…) Además de estos, existen otros factores causante de la artrosis, como el haber padecido un traumatismo o una lesión previa de la articulación de la cadera. Los pacientes que han sufrido una fractura de cadera o de cotilo, tienen como principal complicación a medio-largo plazo el desarrollo de coxartrosis.
Para el diagnóstico de artrosis de cadera basta con una radiografia simple de frente de pelvis y cadera y otra radiografia axial de cadera. Allí podremos ver los cambios característicos y clasificar el grado de artrosis. Entre los signos radiográficos se encuentran:
– Disminución del espacio articular: es un signo indirecto de la pérdida de cartílago articular, ya que este último no es visible mediante una radiografía.
– Osteofitos: Para compensar la pérdida de cartílago, los huesos dañados pueden comenzar a crecer y formar dolorosos espolones que llamamos osteofitos.
– Esclerosis subcondral: El organismo aumenta su densidad. Debido a la falta de cartílago, el hueso subyacente cambia de características como consecuencia de la sobrecarga sometida. En la radiografía se puede observar una línea nítida más blanca siguiendo la silueta de la articulación.
En los casos menos avanzados dónde la artrosis aun no es visible en la radiografía pedimos una resonancia magnética de la cadera para ver cambios menores en el cartílago. Además, Esta prueba también es útil para descartar la presencia de patologías que pueden cursar con sintomatología parecida a la artrosis de cadera y que en sus estadios iniciales no se manifiestan en una radiografía como son la necrosis avascular de la cabeza femoral o una fractura de estrés.
También es muy importante la exploración clínica para el diagnóstico, comentada anteriormente. La realización de una correcta historia clínica, exploración y radiología simple lleva al diagnóstico en muchos casos sin necesidad de otro tipo de pruebas, o a sospechar otras causas.
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