Nos adaptamos a tus necesidades. Con nuestros tratamientos encontrarás la solución ideal para ti.
Las Células Madre mesenquimales son células que viven en distintas partes de nuestro cuerpo, en un estado inactivo, desde que éramos un feto en desarrollo en el útero materno. Esta célula tiene capacidad multi-potencial de diferenciarse a distintos tipos de tejidos. “Multipotencial” quiere decir que son precursoras de varias líneas celulares como las del cartílago, hueso y tendones pero no de otras líneas como las células glandulares o defensivas por ejemplo. Estas células residen principalmente en tres lugares “esperando” que ciertos marcadores de daño celular las activen para crear células de ese tejido dañado.
Se descubrieron en 1966 en la medula de los huesos y pronto se demostró su capacidad osteo-génica, adipo-génica, condro-génica y teno-génica, es decir que según el microambiente dónde se encuentren formarán hueso, grasa, cartílago o tendón. Además de en la médula ósea, estas células habitan en el cordón umbilical de los fetos y en la grasa corporal. De hecho en 2004 se objetivó que en la grasa periférica hay 1000 veces mas concentración de células madre mesenquimales por gramo de tejido que en la médula ósea. LA GRASA NO ENVEJECE , LA SANGRE SI.
Estas células son las precursoras de las células madre que viven en el cartílago, los condrocitos y condroblastos. Las células madre se adhieren y penetran por las capas superficiales dañadas del cartílago. Allí se diferencia a células cartilaginosas aumentando la lubricación y resistencia del tejido mediante la creación de nueva matriz de proteoglicanos. Esta diferenciación hacía la línea cartilaginosa (y no hacía otro tejido como el tendón) es una respuesta a los mediadores ambientales que se encuentran en el interior de las articulaciones como la rodilla.
Hay que dejar claro que se ha demostrado que si bien las células mesenquimales tienen capacidad de actuar sobre las capas I y II del cartílago , no tienen la capacidad de realizar una regeneración completa desde la interfaz ósea en lesiones completas que expongan hueso. Además de este efecto de regeneración estas células son capaces de frenar la destrucción articular bloqueando los linfocitos T en la articulación.
Clásicamente la forma mas extendida de obtener células madre era realizar una punción ósea, normalmente en la pelvis y obtener un aspirado de médula. Esta técnica ha sido sustituida por la obtención de células madre a partir de una liposucción de grasa del abdomen, que tiene una morbilidad mucho menor para el paciente. Tiene la gran ventaja de obtener una concentrado de células madre mucho mayor (1000 veces mas) y disponer de mucha mas cantidad de tejido que en la punción ósea. Esto nos permite en una misma intervención tratar varias lesiones o incluso varias articulaciones al mismo tiempo.
La intervención se realiza con el paciente despierto o con sedación y anestesia local en el tejido adiposo. Utilizamos un sistema de vacío para realizar la liposucción mediante unos trocares romos, con los cuales vamos liberando y aspirando el panículo adiposo abdominal. La grasa obtenida se va almacenando y una vez finalizada esta parte de la intervención se procesa mediante métodos mecánicos y enzimáticos. Mediante el procesamiento se separan las células mesenquimales de células grasas (adipocitos) así como matriz extracelular grasa y otros tejidos que no responden a nuestro fin. La fracción obtenida se infiltra en la región o regiones para lo cual hayamos indicado el procedimiento, siendo la rodilla la articulación mas frecuente para la que utilizamos esta terapia. En el caso de infiltrar tendones o articulaciones de mas difícil acceso como la cadera o el tobillo nos ayudamos de la ecografía para asegurarnos la localización de nuestra aguja.
La recuperación de la intervención es muy rápida, debiendo de llevar únicamente una vendaje abdominal o faja de ortopedia durante 5 días. No se suelen requerir analgésicos posteriores y quizá la complicación mas frecuente sea la aparición de pequeños hematomas en el abdomen durante 10-12 días.
La ventaja que tiene esta terapia frente a otras técnicas que utilizamos en traumatología deportiva (como microfracturas o transplantes osteo-condrales) es que con las células madre tratamos toda la articulación a la vez. Es decir no será un buen candidato para esta terapia aislada el paciente con una úlcera de cartílago profunda aislada, mientras que si lo será un paciente con una artrosis de rodilla global .
Mas importante para el paciente que la regeneración que se pueda producir en la articulación, es la mejoría en el dolor y en la calidad de vida. Puesto que se trata de una terapia nueva a día de hoy tenemos que acudir a las revisiones mas actualizadas publicadas para ver como es la tendencia en grandes grupos de pacientes. En 2019 se ha publicado una de esas revisiones en la revista científica de alta difusión Arthroscopy, que lleva por título “Intra-articular Mesenchymal Stem Cells in Osteoarthritis of the Knee: A Systematic Review of Clinical Outcomes and Evidence of Cartilage Repair . En esta revisión se recogen los síntomas y evolución de 500 pacientes seguidos dos años después del tratamiento con células madre mesenquimales.
Las conclusiones son una gran mejoría de los síntomas en incluso una mejoría del estado del cartílago en una segunda artroscopia (disminución del grado de lesión de la Clasificación I-IV) así como en análisis de tejido microscópico. Sin embargo la mayor diferencia se vio en la disminución del dolor en los dos años de seguimiento así como una mejoría en la función medida en actividades como velocidad al subir escaleras o distancia recorrida.
En resumen podemos decir que los resultados de esta terapia (tras una correcta selección del paciente) son bastantes optimistas siendo una terapia natural y por tanto sin efectos secundarios potenciales para el paciente.
Solicita una llamada y contactaremos a la mayor brevedad