En nuestro centro médico regenerativo, Oaga Salut, contamos con la experiencia y profesionalización necesaria y avances biotecnológicos en el tratamiento de pacientes con rotura de menisco.
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A diferencia del síndrome subacromial puro, dónde suele haber un estrechamiento del espacio bajo el acromion, aquí no tiene porque estar presente. Lo que sí solemos encontrar es un bursa inflamada y un tendón (habitualmente el supraespinoso) dañado en el lugar dónde se deposita el calcio. En muchos casos, no es fácil de establecer el orden de acontecimientos, si la inflamación es lo inicial y sobre esta se depositan las sales o si esta inflamación es secundaria a la calcificación. Distintas teorías encuentran una relación de esta enfermedad con factores hormonales o incluso genéticos, pero el mecanismo exacto no esta claro.
Puesto que no se ha identificado una asociación con otras enfermedades, no es necesario investigar de rutinas otras enfermedades metabólicas o reumáticas. Realmente podemos decir que la causa desencadenante es bastante incierta, si bien afortunadamente en la mayor parte de los casos se resuelve sin necesidad de una intervención quirúrgica.
La tendinitis calcificante sin o con rotura parcial o total, del hombro se llama así porque se crea una calcificación en el tendón supraespinoso y la bursa subacromial del hombro. Al igual que en el síndrome subacromial existe un dolor en la parte antero-lateral del hombro. Siendo en la forma calcificante muy intenso y agudo, afectando a pacientes entre los 40 y los 50 años, sobre todo mujeres, sin ningún enfermedad ni traumatismos previos.
La formación de esta calcificación se debe a la formación de sales de calcio sobre la bursa inflamada o el tendón dañado por cambios en las características normales del tejido. Durante esta formación puede no haber dolor y descubrirla al pedir un radiografía o eco por otra causa, pero durante la fase de reabsorción (cuando los mecanismos del organismo intentan destruirla) puede aparecer mucho dolor y ser muy agudo su comienzo.
El dolor puede aparecer en forma de crisis repetidas que interfiere con el descanso por la noche con gran afectación laboral incluso del estado de ánimo, seguido de periodos sin síntomas. En alrededor de un 20% de los pacientes afectará a ambos hombros, pudiendo ocurrir a la vez o incluso años después.
Puesto que el dolor suele ser muy intenso en estos casos, la exploración no suele ser posible y directamente pedimos una radiografía simple en la que se puede ver la calcificación en el espacio subacromial. Si queremos tener mas datos sobre posibles roturas asociadas del tendón (no suele haberlas) realizaremos una ecografía o resonancia, siendo a veces difícil distinguir en esta última el calcio de la degeneración tendinosa. Además valoraremos lesiones asociadas como artrosis acromio-clavicular, forma del acromion y por supuesto la localización exacta de la calcificación: habitualmente en el supraespinoso y la bursa.
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